sábado, 7 de enero de 2012

Nada.

Aquellos atardeceres de color dorado, como esos relojes de antaño, que lejos de seguir modas, seguían el color del tiempo, amarillo como envejecido, como si quisiera decirnos que cualquier mirada sería tardía, que cuando quieras volver a mirar ya sería más tarde que antes. Aquellos atardeceres en los que, simplemente dejarte embadurnar con ese color crepuscular se convierte en un lujo por el cual estaría dispuesto a pagar. Todo pierde sentido, nada tiene significado cuando solo estás tú, tus pensamientos, y el sol murmurando a través de la luz del color de la riqueza sus últimas palabras, las cuales, si sabes como, te deja oír. No es de extrañar que esté solo, a pesar de tener gente a mi alrededor, cuando solo es esta luz la que me llama, la que me llena, la que me quema. El refugio de mi mente, la cárcel de mis palabras, el baúl de mis pensamientos. Quizás exagere, pero...cuantas cosas se han enfriado en mi cabeza a la luz del crepúsculo, y cuan insultante se me hace que su nombre haya sido utilizado para tan lucrativos fines. Aquí estoy yo, un cualquiera, un anónimo entre lo más absolutos anónimos, una palabra vacía en el interior del estómago de una hormiga, allá por los parajes más perdidos de cualquier jungla. Aquí estoy yo, dedicándole un escrito a mi más fiel amigo, a mi más fiel consejero, a mi lugar de trabajo, donde lo hago por amor al arte de pensar, donde sitúo mis pensamientos, de manera que puedan ser escuchados por el viento.
Cuantas veces he querido irme de allá donde estuviese para encontrarme con la luz dorada...Quizás demasiadas. He amado, he querido, he reído y llorado, he probado las sustancias que nos acercan a la muerte a cambio de la ansiada sensación de bienestar, tan momentánea como falsa. He hecho daño a demasiadas personas, he ignorado a quienes me prestaban ayuda, a quienes estaban conmigo, he obligado al mundo a dejarme solo, e incluso después de tales ordenes algunos quedaron a mi alrededor, a los cuales rehusé de manera imprevista, pero cierta. Sin embargo, ha sido esa luz la única que ha quedado entre mis manos, entre mis ojos, en mi cabeza. No, no me he olvidado de ustedes, se donde estáis, se como os sentís, se cuan decepcionados estáis. Esperabais de mi algo, que no pude daros, por mi eterno amor a la luz dorada, al escapismo, a la absoluta evasión, a perder el norte buscando el sur. Las cadenas que me ataban eran débiles, y quedé absuelto de ese caso tan aterrador llamado amor. Se que te fallé, a ti en especial, y básicamente podría arrepentirme, pero soy conocedor de la inutilidad de ello, ya que el pasado, como indicaban esos relojes del color de la riqueza, no puede tocarse, cambiarse, o introducirse en él. Se que prometí cosas que jamás cumplí, se que te dije cosas que nunca hice. No me he portado especialmente bien contigo, pero puedo asegurarte que no fue a conciencia...Con esto, quiero decirte, o más bien, quiero agradecerte, todo el tiempo que pasaste a mi lado, todas las veces que estuviste conmigo, y me apoyaste aún conociendo los riesgos que traía consigo tal acción. Hiciste todo lo que había en tu mano para seguir a mi lado, pero no se puede estar con un recuerdo, o con un fantasma, ¿Verdad?
Desde este escrito, que espero que algún día leas, gracias. Eres, fuiste y creo que serás, la persona que más fuerte ha abrazado este corazón, que poco tiene de especial, pero que sin embargo, agradece esos rayos de luz, tan dorados como tu valor.

2 comentarios:

  1. Es curioso lo que el pensamiento descubre y desentierra de nuestras adormiladas mentes trayendolo de nuevo a la superficie cuando lo creiamos enterrado.

    Quizás tengas razón y quizás te equivoques, pues aunque alejes a la gente de ti siempre habrá alguien que esté a tu lado aunque no te des cuenta o no lo aprecies. Es probable que no hableis a menudo, seguramente paseis semanas sin veros pero... cuando os reunis, si todo está como si no hubiera pasado un solo dia sin haber estado en contacto... entonces da por hecho que pase lo que pase esa persona estará a tu lado.

    La amistad hay que cuidarla, pero es un jardín mas facil de tratar que el del amor.

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